José Carlos Rodriguez Soto es periodista y
ha sido sacerdote comboniano que dedicó su vida a los más pobres en el norte de Uganda y allí sigue, en el Africa inmensa y misteriosa. Su blog, En clave de África, que comparte con otro misionero, Alberto Eisman, lleva entre los enlaces de blogs amigos de este baluarte desde sus comienzos.
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En 2007 escribió este libro intenso, titulado Hierba Alta, en el que cuenta su experiencia en las conversaciones de paz para la desmovilización del Lord´s Resistance Army (LRA), o Ejercito de Resistencia del Señor, grupo dirigido por un perturbado, Joseph Kony, que ha mezclado sus intereses particulares, con los del pueblo al que pertenece, los acholi, y una mezcla de creencias religiosas cristianas, musulmanas y animistas.
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El autor fue un actor privilegiado en las conversaciones de paz durante los años en los que el LRA atacaba a los pueblos acholi, secuestrando a miles de niños que eran obligados a unirse a su lucha.
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En ese día a día de los habitantes del norte de Uganda fue la Iglesia católica, junto con algunos otros líderes religiosos, el testigo incómodo para ambas partes, LRA y Gobierno de Museveni, que se veían ante una fuerza no violenta que les controlaba y daba voz y ánimo a los desheredados. En la historia que nos cuenta Juan Carlos, se mezclan anécdotas trágicas y cómicas, traiciones y desesperación, mentiras e injusticia junto con el callado heroísmo de un puñado de católicos que no se han resignado a que la paz no sea sólo un sueño.
ha sido sacerdote comboniano que dedicó su vida a los más pobres en el norte de Uganda y allí sigue, en el Africa inmensa y misteriosa. Su blog, En clave de África, que comparte con otro misionero, Alberto Eisman, lleva entre los enlaces de blogs amigos de este baluarte desde sus comienzos..
En 2007 escribió este libro intenso, titulado Hierba Alta, en el que cuenta su experiencia en las conversaciones de paz para la desmovilización del Lord´s Resistance Army (LRA), o Ejercito de Resistencia del Señor, grupo dirigido por un perturbado, Joseph Kony, que ha mezclado sus intereses particulares, con los del pueblo al que pertenece, los acholi, y una mezcla de creencias religiosas cristianas, musulmanas y animistas.
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El autor fue un actor privilegiado en las conversaciones de paz durante los años en los que el LRA atacaba a los pueblos acholi, secuestrando a miles de niños que eran obligados a unirse a su lucha.
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En ese día a día de los habitantes del norte de Uganda fue la Iglesia católica, junto con algunos otros líderes religiosos, el testigo incómodo para ambas partes, LRA y Gobierno de Museveni, que se veían ante una fuerza no violenta que les controlaba y daba voz y ánimo a los desheredados. En la historia que nos cuenta Juan Carlos, se mezclan anécdotas trágicas y cómicas, traiciones y desesperación, mentiras e injusticia junto con el callado heroísmo de un puñado de católicos que no se han resignado a que la paz no sea sólo un sueño.


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