El baile de la impericia

España, como bien sabemos todos, atraviesa una profunda crisis que se está llevando por delante años de bonanza económica, quizás algo ficticia. La base de la fortaleza de una nación es la capacidad de sus gentes, la productividad de sus empresas y la moderada protección e impulso de su gobierno. En todo ello fallamos de forma estrepitosa y el resultado es el que sabemos y sufrimos.

.

La capacidad de la gente, procede de la fortaleza de sus raices, de su familia y de una educación completa y de calidad. La productividad se basa también en la educación, la capacidad de innovación y una clase empresarial emprendedora que cuente con un contrapeso sindical adecuado. Este último es, en España, ridículamente exagerado.

.

Por último, la acción del actual gobierno parece carente de dirección a largo plazo, da la impresión de que se han establecido soluciones con un límite temporal en las siguientes elecciones, sin paraese a pensar en los efectos que el actual endeudamiento público va a ejercer en la cuentas públicas (y privadas) en las próximas décadas. En este sentido, hoy el diario que tradicionalmente había apoyado al Gobierno del Presidente Rodriguez Zapatero ha publicado un editorial demoledor contra su política económica errática y la falta de visión de futuro. El artículo, titulado «En la pendiente» finaliza así: «Si el Gobierno que preside Zapatero desea alejarse de la pendiente por la que se está precipitando y asegurar su continuidad, y, lo que es más importante, liderar la recuperación económica y no la marcha hacia el abismo, es preciso un cambio. Pero no sólo de unas políticas que no se sabe bien del todo en qué consisten, sino de una forma de decidirlas y ejecutarlas que está alcanzando unos niveles de confusión sin precedentes, especialmente en asuntos de tanta trascendencia como la lucha contra una crisis que nos acompañará aún mucho tiempo».

.

Por si ello fuera poco en la encuesta que en la versión electrónica publica El País sobre la política económica del Gobierno y aún sabiendo que son, casi siempre, poco significativas y para nada científicas, llama la atención que, esta mañana, un 79% de sus lectores afirmaban que se están improvisando soluciones. Yo también lo creo.