El mundo árabe llora y se desgarra bajo el Yihad

En los últimos dos días, Argelia, Iraq y Líbano han sido víctimas de la barbarie más feroz e irracional que valiéndose, como excusa, de las distorsionadas enseñanzas de una religión ataca a su propio pueblo causando muerte y destrucción, generando odio y rencor y haciendo que los propios árabes sean víctimas principales de la Yihad bestial que a base de zarpazos mortales va marcando su senda hacia el abismo, donde al final debe perecer.

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Ayer, Argelia, como nación y con ella más de 70 de sus súbditos, caía una vez más ante la fiera sinrazón del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), que desde hace un año, que rindió pleitesía a Osama Ben Laden y su banda criminal Al Qaeda, cambiando su nombre por el de Al Qaeda en las tierras de Magreb Islámico, no ha hecho más que asesinar de forma despiadada. Argelia resistirá como lo hizo hace años y será la tumba del Yihad internacional.

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Iraq, escenario de tantas injusticias, una vez más sufre mediante un salvaje atentado la muerte de los suyos. Ahora que parecía que Iraq empezaba a despegar de la sima de injusticia y terror en la que estaba sumido, ahora que el pueblo iraquí vuelve, poco a poco, a ser dueño de sus destinos y que son los propios iraquíes quienes empiezan a combatir a Al Qaeda en la tierra de los dos ríos, ahora que el mando británico en el sur de Iraq está a punto de ceder el mando, una nueva acción siembra de miedo y muerte las atormentadas tierras de Mesopotamia.

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Líbano ha perdido a uno de sus mejores militares, el general cristiano maronita François el Hajj, este atentado tras el cual están, una vez más, aquellos que no desean un Líbano en paz y unido. ¿quién? Pueden haber sido los servicios de inteligencia de Siria, Hezbollah, auténtica sucursal de Teherán en el Mediterráneo o alguna facción de Al Qaeda, como las que atacaron la frágil estabilidad de Líbano desde los campos de refugiados palestinos este verano.

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Sólo nuestro apoyo, el de Occidente, sin excusas ni dilaciones puede hacer que esta guerra larga y sucia que se libra en todo el Mundo y que golpea con increible saña al pueblo árabe sea vencida por quienes estamos a favor de la Paz, que tenga como único origen la libertad y la justicia. La guerra será la larga, pero la derrota supone la desaparición de nuestras Civilizaciones.