jueves, 9 de abril de 2020

El Ministerio de Sanidad, nuestro caos sanitario y las comunidades autónomas

La gestión de la crisis sanitaria del COVID-19 es un desastre sin paliativos.  Con los ingredientes no podía fallar: información sesgada, mentiras, compras fallidas, gestión centralizadora de recursos e incapacidad de gestión y para proteger al personal sanitario y facultativo que luchan a brazo partido contra el virus. Las personas al mando de esta crisis son, para colmo, incapaces de liderar esta problema. Analicemos el problema y extraigamos conclusiones.
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Las personas al frente de esta crisis en el Ministerio de Sanidad son el ministro del ramo, Salvador Illa, y el "experto" en gestión de emergencias, Fernando Simón. Simón es médico y negó la posibilidad de lo que está pasando. No pongo en duda sus cualidades como médico pero ha dado muestras sobradas de ser un gestor tendencioso e irresponsable. El Ministro Illa es la cuota del PSC de Iceta en el actual Gobierno (es un decir) de Pedro Sánchez. Su experiencia previa como concejal de cultura en La Roca del Vallés o su licenciatura en Filosofía son garantía de que era la persona idónea para cubrir el "cupo catalán" en un Ministerio irrelevante, pero para nada más. Ese era su único papel. El resultado actual es el esperable cuando las cosas cambian y los difíciles equilibrios internos del PSOE dejan de ser lo importante, si es que alguna vez lo fueron.
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La emergencia sanitaria ha hecho el resto para sacar a flote el problema. El Real Decreto que declara el estado de alarma señala lo siguiente respecto del Ministerio de Sanidad.
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Artículo 4.2: "Para el ejercicio de las funciones a que se hace referencia en este real decreto, bajo la superior dirección del Presidente del Gobierno, serán autoridades competentes delegadas, en sus respectivas áreas de responsabilidad:
...a) La Ministra de Defensa.

...b) El Ministro del Interior.
...c) El Ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
...d) El Ministro de Sanidad.
Asimismo, en las áreas de responsabilidad que no recaigan en la competencia de alguno de los Ministros indicados en los párrafos a), b) o c), será autoridad competente delegada el Ministro de Sanidad
".

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Artículo 12: "Todas las autoridades civiles sanitarias de las administraciones públicas del territorio nacional, así como los demás funcionarios y trabajadores al servicio de las mismas, quedarán bajo las órdenes directas del Ministro de Sanidad en cuanto sea necesario para la protección de personas, bienes y lugares, pudiendo imponerles servicios extraordinarios por su duración o por su naturaleza".
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Es decir, según el artículo 4, el Ministro de Sanidad es un primus inter pares entre las autoridades competentes delegadas, lo que exigiría una mayor capacidad de organización y gestión que los otros tres ministerios implicados. Según el artículo 12 deberá coordinar y mandar a toda la estructura sanitaria nacional, que se compone de 17 sistemas regionales de salud totalmente autónomos y un raquítico ministerio central. Y además, ¿qué sabe hacer este ministerio?
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La estructura, competencias, organización y, sobre todo, experiencia del Ministerio de Sanidad, con independencia de la calidad y cualificación de sus funcionarios y gestores, son absolutamente inadecuados para la gestión de la crisis en la que estamos inmersos. Como prueba, ni siquiera la página web está actualizada y aparece aún como Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social (cosa que ya no existe) María Luisa Carcedo, que desde enero no es miembro del Gobierno... y así todo, por mucha "transparencia" o ministerio de "transformación digital" que tengamos. A pesar de ello, es sencillo encontrar las competencias de un Ministerio que no tiene secretarías de Estado... sólo una Subsecretaría al frente de la cuál hay un licenciado en derecho... antiguo Director General de Protección Civil. Si se bucea en las competencias del Ministerio se puede observar, bajo una gruesa capa de verborrea administrativa, que no hace, no puede hacer, nada más que aconsejar, intentar coordinar y poco más ya que las competencias sanitarias están transferidas en su integridad a las Comunidades autónomas, algunas de las cuales todavía se resisten a ser "controladas desde Madrid" y otras, especialmente las que están en manos de la oposición, son víctimas de la nefasta gestión económica, administrativa y financiera de este ridículamente pequeño departamento, acostumbrado a no hacer prácticamente nada.
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Una vez que se haya cesado y, quizás, juzgado, a los responsables, será hora de pensar muy en serio la necesidad imperiosa del retorno de determinadas competencias autonómicas a la Administración Central para que esta mala gestión, responsable directa de miles de muertos, no sea posible en el futuro.

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