El 27 de abril de 1945, cuando apenas quedaban unas semanas para que acabara la II Guerra Mundial en Europa, un pequeño grupo de adolescentes encuadrados en el Volkssturm, defendieron el puente de entrada a su pueblo en Baviera, al sur de Alemania. El mismo puente que días antes era escenario de sus juegos aún infantiles. Bernhard Wicki inmortalizó este episodio olvidado en la película "El puente" estrenada en 1959; para ello se basó en el libro autobiográfico del periodista católico Gregor Dorfmeister, escrito en 1958 bajo el seudónimo de Manfred Gregor y que lleva el mismo título que el film, Die Brucke, El Puente, en el que cuenta su defensa, a los 16 años de edad y como Volkssturmmann, del puente sobre el Issar en Bad Tölz, su pueblo natal. Hay una edición española de este libro publicada por Editorial Destino en 1960..
La película de gran realismo y calidad técnica fue merecedora de diversos premios, como un Globo de Oro, y candidata en 1960 al Oscar a la mejor pelicula en habla no inglesa. Recuerdo haberla visto a principios de los años 80 en el memorable programa La Clave, de J. L. Balbín y recuerdo que me impactó su calidad y su mensaje que resulta, según cada espectador, variable y polifacético, de forma que puede parecer antimilitarista, sentimiento muy en auge en la Alemania de los años 50 y 60 o puede ser entendida como una película que ensalza los valores y virtudes militares.
La acción resulta creíble y narra los sentimientos de un grupo de siete muchachos de 16 años que pasan de la noche a la mañana de asistir a sus clases en una relativamente tranquila retaguardia a combatir en el
frente, en un frente que se les ha aproximado tanto que se ha confundido con sus casas. El miedo y la camaradería se funden con la cobardía de quienes lo ven todo perdido, la inexperiencia del grupo y el shock al que se enfrentan los protagonistas, unos niños, que luchan por un sentido de patriotismo y de defensa de su Puente, camino de entrada en su vida, en su madurez, en sus casas. Estos sentimientos producen actos heróicos, de gran valor frente a un enemigo muy superior que invade una ya derrotada Alemania. Pero se lucha sobre todo por el camarada que se tiene al lado y en quien se deposita la supervivencia, la vida, de la misma forma que le camarada de trinchera fia su existencia en la pericia y arrojo de su compañero que le da aliento cuanto todo es borroso, cuando la muerte del amigo y el miedo nubla el entendimiento y cuando todo parece perdido. Por eso, esta película es para mi, sin duda, una película que ensalza esas virtudes de los hombres de armas sometidos a las mayores tensiones psicológicas y morales que un hombre pueda sufrir.







