Yberia nostra

Siempre he dicho que la mitad del alma de España se guarda en una caja de alcanfor, en Lisboa, a orillas del Tajo. Permitanme presentarles un proyecto, un sueño, una locura... ¿por qué no? un ideal. Lo he llamado Yberia Nostra.

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A mediados de agosto de 2009 comenzó a funcionar un nuevo blog que trata de abrir un hueco en nuestras atareadas vidas para reflexionar en serio, con la vista puesta en el futuro, sin olvidar nunca un pasado fecundo y sin olvidar ningún aspecto por nímio que pudiera parecer, sobre la necesidad, posibilidad, viabilidad y supervivencia del viejo sueño de la Reunificación Ibérica, sueño que no ha sabido ser ni de izquierdas ni de derechas, que no se apoya, de forma específica, en ninguno de los dos lados de la raya sino que reposa, en espera de un impulso, a ambos lados por igual. Las posibilidades son muchas, los obstáculos incluso más. Asuntos como la forma de Estado, la capitalidad, los símbolos, el idioma y otros muchos parecen casi insalvables tomados individualmente. En su conjunto se nos antoja una obra colosal, casi imposible, pero ¿es realmente tan complicado?

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Aunque en la web específica se irán abriendo temas concretos, con el fin de que quien quiera aporte su opinión libremente, en esta presentación en el Baluarte, se pretende mostrar algunos aspectos que se consideran importantes. El nombre de Yberia, con Y inicial, por ejemplo, se toma de la forma empleada en la Crónica General de España de Florián de Ocampo, cronista del Emperador Carlos V, hacia 1540.

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Para optar por una Bandera de Yberia se vistaron varias páginas web dedicadas a la simbología ibérica comprobando que hay infinidad de propuestas de banderas casi todas basadas en la historia reciente, por lo que el rojo y gualda y el rojo y verde se suelen combinar en muy diversas proporciones. Yo he preferido irme mucho más para atrás en la historia y unir la que fue bandera española durante siglos incluso antes de la instauración borbónica de 1700 con el pendón de Alfonso Herniques, el primer rey de Portugal. El resultado, que ven en el dibujo arriba, a pesar de su ligero parecido a la Union Jack británica tiene un fundamento histórico muy anterior a la constitución del Reino Unido, país, por cierto, para nada ajeno al distanciamiento entre los hermanos ibéricos, muñidor de desencuentros y alcahueta de odios fratricidas... nada nuevo bajo el sol.

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El Escudo nacional (o federal, o confederal), que aparece centrado sobre la enseña, se basa en la heráldica histórica de ambas naciones. Contiene símbolos relacionados con la forma de Estado, como es la corona Real, y que por tanto podría ser modificado. Incorpora la esfera armilar y las columnas de Hércules así como el escudo cuartelado en los que aparecen todos los reinos originarios de Yberia. Se enmarca todo sobre un águila bicéfala con la que se han representado a lo largo de la historia las naciones conformadas por dos entidades equivalentes. Sé que caben muchas interpretaciones, contrapropuestas y cambios. Su propuesta será siempre interesante.