viernes, 29 de enero de 2021

La masa enfurecida de Douglas Murray

Douglas Murray es un columnista y periodista que trabaja para medios como Sunday Times o el The Wall Street Journal. Es, desde hace poco tiempo, el director de la gran revista conservadora británica The Spectator, además de un destacado conferenciante y ha sido invitado a ponencias en Westminster, el Parlamento Europeo y la Casa Blanca. Es autor del libro La extraña muerte de Europa, que fue un inesperado éxito de ventas en Reino Unido y se tradujo a más de veinte lenguas. A sus méritos literarios y periodísticos se unen dos circunstancias personales que le otorgan un "plus de legitimidad" al escribir este libro que hoy se presenta, editado en español en 2020 por Península: Murray es ateo y homosexual, ambas cosas de forma pública y notoria y, precisamente por ello, este libro adquiere una nuevo valor muy significativo cuyo subtítulo es ya una declaración de intenciones: Cómo las políticas de identidad llevaron al mundo a la locura. Se ha convertido en un fenómeno de ventas sin precedente en el Reino Unido y en España va por su tercera edición.
.
La masa enfurecida es un diagnóstico certero de la realidad actual en la que las masas parecen haberse vuelto locas. Vivimos en la tiranía de la corrección política, en un mundo sin género, ni razas ni sexo y en el que proliferan las personas que se confiesan víctimas de algo como el heteropatriarcado, la transfobia o el racismo. Ser víctima es ya una aspiración, una etiqueta que nos eleva moralmente y que nos ahorra tener que argumentar nada. Pero como nos recuerda Douglas Murray en este polémico libro que ha sido menospreciado por la izquierda biempensante. «La víctima no siempre tiene razón, no siempre tiene que caernos bien, no siempre merece elogio y, de hecho, no siempre es víctima». Con un estilo provocador y una estructura argumentativa sin fisuras, el autor trata de introducir algo de sentido común en el debate público, al tiempo que aboga con vehemencia por valores como la libertad de expresión y la serenidad actuales.
.
Basta con seguir las redes sociales o los medios de comunicación para ser testigos de la histeria colectiva en la que se ha convertido el debate político. Cada día alguien nuevo clama que algo le ha ofendido: un cartel que cosifica, una conferencia que debe ser censurada, una palabra que degrada. Murray pone en su sitio a la modernidad enfangada, a los progresistas, a los discursos de género, en todas sus vertientes, y a la miríada de indignaditos que permanentemente retuercen sus motivos para culparte a ti, amigo lector, de no ser como ellos. Brisa fresca, aire de libertad.

No hay comentarios: