La alegre y confiada Inglaterra, ha aparecido esta mañana blanca. Esta noche ha caido una nevada incluso mayor que la de hace dos días que colapsó los aeropuertos y carreteras y que obligó a cerrar colegios.
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La de hoy ha sido más intensa, y ha obligado a cerrar más colegios y más carreteras.
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Esta mañana conduciendo por una nevada carretera, y antes de desistir de mi intento, discutían en BBC Radio 4 sobre la idoneidad de la integración en la Iglesia católica del Obispo Williamson, discípulo de Lefevre y supuesto "negacionista" del holocausto. (pongo "negaconista" entre comillas por que este es el único delito de opinión aceptado en los paises "democráticos", que hacen de una determinada opinión sobre un determinado aspecto una obligación inexcusable. Dicho sea esto con independencia de mi opinión al respecto, que ha sido siempre meridianamente clara).
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Ayer, comentaban en la misma emisora la necesidad de mejorar los sistemas de emergencia y de puesta en funcionamiento de redes viales. Hoy, este cambio climático nos trae en forma de fuerte (y anunciada) nevada un mayor descrédito, si cabe, a la administración británica central y a alguna de las locales, la de Northamponshire, por lo menos, y pone de manifiesto el caos organizativo en que está cayendo este pais que años ha dominó el mundo. Mientras tanto, en Lincolnshire, una huelga en contra de los puestos de trabajo de obreros portugueses e italianos en una refinería han vuelto a sacar ese sentimiento xenófobo tan característico de los ingleses (que no de los británicos). Ayer se hizo público un demoledor informe que señala cómo se "trata" a la infancia en Gran Bretaña, valorando a los niños de esta isla como los "más tristes de Europa"... pronto veremos en este Baluarte el porqué. Pero no se preocupen, siempre tendrán un obispo católico sobre el que hablar mientras los Midlands se visten de blanco prístino, casi pontificio.
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