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El título, tomado de la famosa oración de Santa Teresa de Jesús, es usado con la literalidad siempre negada por la inmensa mayoría de los católicos que vivimos, de lunes a sábado como si Dios no sólo no bastara sino, incluso, como si fuera una excusa para un determinado comportamiento.
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El concepto de farseismo espiritual y de los llamados "apoyos" materiales, sobre los que los cristianos "standard" apoyamos nuestra fe han sido una verdadera denuncia, o si lo prefieren, la constatación escrita y muy bien explicada de algo que ya me temía. Dios sólo basta, pero... ¡Sería tan fácil la vida si de verdad lo creyeramos! pero también, ¡es tan difícil acordarnos siempre de este axioma!
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Para mi tranquilidad, al final del lbro, el autor cita al entonces Cardenal Ratzinger en un libro en que nos dice que tenemos que entregar a Dios nuestra existencia "junto a nuestra incapacidad para la fe y la oración". Inapacidad de la que me sé campeón, por eso este libro es no ya útil sino muy necesario para hacer una verdadera catársis en nuestra fe.