sábado, 15 de marzo de 2008

Tíbet, Irán y las religiones... Asia se mueve... hacia abajo

Diez han sido los muertos que se han producido en la revuelta en el Tíbet, aunque hay fuentes que hablan de cerca de cien. La dictadura comunista de Beijing (nombre oficial desde 1979 de Pekín) siguiendo los usos habituales ante cualquier clamor popular que exija Libertad, ha desplegado toda su fuerza represiva en esta región invadida en 1950 por las tropas de Mao Zedong (nombre oficial de Mao Tse Tung desde 1979). Las mil peripecias del Gran Timonel para mantenerse en el poder sin permitir ninguna fisura en el Partido o en el gigantesco pais hicieron del Tíbet su principal víctima, como ejemplo, durante la Revolución Cultural, que tuvo muy poco de lo segundo, de 1966 los Guardias Rojos, destruyeron más de 6.000 monasterios.

Y es que los tiranos de toda clase, pero en especial los comunistas, saben que son los hombre y mujeres con una fe fuerte y asentada son los principales enemigos del sistema que anula y mata la Libertad. Alguien nos dijo que "La Verdad os hará libres"... aunque todavía hay alguno que cree que la verdad está entre las páginas del Libro Rojo.

Por eso, al igual que pasó en Birmania hace pocos meses los monjes budistas son el referente moral para todo un pueblo que sufre y por tanto las principales víctimas de la represión. Siempre las represiones, se centran en los pilares morales, que son, al fin y al cabo, los que sostienen a los pueblos.

Irán, por su parte acaba de celebrar elecciones. Es un decir. No había partidos políticos (aunque no sean necesarios para una verdadera democracia) ni censo. El recuento será lento y las opciones para los partidarios de Ahmadineyad son bastante amplias. Seguiremos igual... o peor. En este caso, la religión, o mejor dicho la interpretación Chií radical del Islam está en el núcleo de la vida política.

Es el caso contrario al del Tíbet. Aquí la religión juega un papel crucial, pero en sentido contrario ya que las autoridades religiosas, los Guardianes de la Revolución, miran a su pais desde un prisma exclusivamente religioso. Esta es otra forma de tiranía, que afecta directamente a la moral y sentimientos de los pueblos.

La religión debe ocupar el lugar que le corresponde en el corazón de los hombres y como referente moral de las sociedades (laicas o no). El extirparla a sangre y fuego como en el Tíbet o el imponerla como en Irán, es desvirtuar el mensaje de estas. Por eso, tanto el llamado "nacionalcatolicismo" como el "laicismo radical", tan en boga ahora en España, son las imágenes contrapuestas de un mismo error.

Son tiempos para releer y entender el concepto de "La tibetanización de España", de Don José Ortega y Gasset.

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